De un voyeur y un exhibicionista

El otro día iba por la calle cuando, me detuve a escuchar la conversación de dos personas que hablaban animosamente, les voy a llamar V y E.

V: ¿Y dices que te gusta?
E: Pues, la verdad es que sí.
V: Y entonces, ¿cual es la gracia?
E: A ti, no sé, pero a mi me da igual.
V: La verdad es que, en realidad, a mi también me da igual.
E: Pues entonces ya puedes mirarme
V: ¿Te importa si me escondo un poquito?
E: Vale, pero que se vea que estás ahí, ¡eh!
V: ¿Pero no se supone que tú eres un exhibicionista y no un voyeur?
E: Claro, pero en realidad a ti también te gusta ser visto, y es que en el fondo, todos llevamos un exhibicionista y un voyeur dentro...
V: O no tanto.


Y me quedé pensando, "oye, a lo mejor me he equivocado de profesión, a lo mejor mi profesión ideal no es ser Suicida, tal vez lo mío sea ser exhibicionista, o voyeur...". El caso es que ahora estoy en la azotea de este edificio, megáfono en mano, tratando de llamar la atención para que todo el mundo vea como doy mi quintuple salto mortal. ¡Adiós!