jueves, agosto 03, 2006

Vacaciones (in)solidarias

Todavía recuerdo aquel viaje que me pegué a la República Dominicana, 7 días en un hotel de 5 estrellas maravilloso, con todo incluido, por sólo 800€ de nada, que días más buenos pasé ahí descansando tomando mis cubatas ahí en la piscina del hotel, tonteando con las camareras del complejo que por cierto, estaban para hacerles un favor.

O cuando fui a conocer los paisajes de Capadocia y Estambul, que maravilla, 8 días fantásticos por sólo 520€, vale, en realidad fueron más de 1.040€ porque en aquella época conocí a una chica y con tal de llevármela a la cama yo hacía lo que hiciera falta, y si había que ir a Estambul uno se iba a Estambul...

También recuerdo ahora un crucero con unos amigos por el Caribe, La Habana, Cancún y Cozumel, aquello si que fue a todo trapo, en la Suite de lujo con su terracita que tenía, y que decir del barco, creo que es uno de los mejores cruceros del mundo, el caso es que pillé una oferta y por 2.599 € ahí que me pegué 7 días cojonudos, si es que soy un hacha.

Y todavía hay gente que en Julio y Agosto en lugar de irse de vacaciones acoge a niños saharauis, provenientes de campos de refugiados, a los cuales les hace revisiones de la vista (dañada por el horrible sol del Sahara), del oído, de sangre y orina. O los que acogen a niños ucranianos, niños afectados por la radiactividad producida por la avería de la Central Nuclear de Chernobil, y es que dicen que por cada mes que los niños están en una zona ambiental sana, con alimentación buena recuperan cinco años de vida...

Total, que visto lo visto, lo mejor será que me vaya al Sahara de vacaciones, eso si, sin agua, sin comida y sin brújula ni nada que se le asemeje, así que si no nos volvemos a ver, ya sabéis. ¡Adiós!

3 comentarios:

Reich dijo...

Ains! que mal cuerpo me has dejado!!

Y eso que yo, ni siquiera me voy de vacaciones...

Besos.

MJ dijo...

Vale, suicida, me haces sentir culpable. Me suicidaré de nuevo. Pero tengo justificación, cómo no. Trabajo, trabajo mucho y para volver, con ganas, necesito no hacer nada... respirar un poco el mar, estar relajada con mis hijos, que seguro que también me necesitan sonriente y no con cara de perro siempre...
El que no se justifica es porque no quiere. Pero me siento culpable, sí señor.
Y anónima, los niños saharauís, a pesar del agua, del primer mundo, de las piscinas... quieren volver con sus papis, a tí y mí también nos pasaría. Besos.MJ

Jose dijo...

A veces te puedes sentir culpable, de poder hacer o tener cosas que otras ni sueñan. Pero es que, querido suicida, la vida es asi de injusta. Y seguramente para que uno este bien, otro tiene que estar mal. Un asco, pero nadie dijo que esto fuera a ser facil...