El mini pene (o una pena)

El tema de los penes es un tema delicado, así que voy a tratarlo con sutileza, con mucha sutileza... o no.

En los primeros compases del siglo pasado y anteriormente, cuando no había televisión ni apenas medios de comunicación, dónde los tabús eran mayores que en la actualidad, los hombres, esos machos ibéricos, no vivían con el miedo entre las piernas... Pero llegó la televisión, las modas, el exhibicionismo y la vida del macho ibérico fue a partir de ese momento mucho más complicada, ahora ya no valía tener un pene de 12 cms., ahora, según creía equivocadamente él, las hembras ya no disfrutarían de lo que en un momento había sido el motivo de su orgullo, ahora una causa más para fomentar su falta de confianza, el macho ibérico tenía sus horas contadas.

He de decir que una de las preguntas que más se formulan hoy en día entre los machos ibéricos es "¿Y a tí cuanto te mide el pene?", supongo que por estimular su ego yo, a esa pregunta suelo responder con toda tranquilidad, "unos 8 cms." a partir de aquí observo como inicialmente se muestran atónitos ante la respuesta que les acabo de brindar, poco, poquísimo más tarde, es decir, al instante, orgullosos por saberse más machos que yo levantan sus, hasta ese momento, cabizbajos ojos, momento en el cual prosigo "en cualquier caso me sobran 2 cms." y la cara de sorpresa vuelve a aparecer ante mi.

Sí, y es que lo que no saben la mayoría de estos machos ibéricos es que, teniendo en cuenta que el hombre no necesita más de 6 cms. para poder "poner la semillita", teniendo en cuenta que la mujer recibe gran parte de sus estímulos en la parte más superficial de sus genitales y como bien se encargan ellas de recordarnos, más vale un pene que valga la pena, que no un pene de grandes dimensiones que de pena, lo que tal vez, estos machos ibéricos deberían plantearse cambiar la pregunta a una con la que tal vez todo le podría ir mucho mejor, una pregunta como podría ser, "¿y tú, cuanto te preocupas en que tu pareja tenga una buena experiencia sexual?", aunque seguramente en este caso volveríamos a ver muchos, muchísimos machos ibéricos cabizbajos.

Y como no, hoy también hay que suicidarse y que mejor manera de hacerlo que cortarme el pene mientras me fustigan con el pene de un caballo erecto. ¡Adiós!